Prácticas
del Lenguaje
Las historias de terror
forman parte de lo que vemos, oímos y nos contamos los seres humanos de todas
las épocas y de todos los lugares del mundo. Aquello que nos provoca miedo
también nos provoca interés y ganas de comunicarlo. Por eso, ahora vamos a
adentrarnos en este mundo a través de algunos relatos que incluyen elementos
terroríficos.
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Actividades
1.
Les proponemos que lean atentamente el
siguiente cuento de Mercedes Pérez Sabbi:
Hay fantasmas en mi cuarto
No
sé quién apagó la luz; pero mi cuarto quedó oscuro. Debía avanzar; pero… ¿hacia
dónde? Sentía la presencia de ellos acosándome en el silencio. Sí, lo sabía,
estaban allí, en algún rincón mirándome desde arriba o al ras del piso. Un
jadeo orientó mis pasos, una risa sarcástica los desvió. ¡Auuuuuuuuuuu...! Se
alternaron los sonidos: risas..., gemidos..., risotadas..., aullidos. Tropecé,
giré velozmente. Estaban allí, lo sabía. Los dedos de mis manos buscaban a
tientas una porción de algo conocido: la madera lateral de mi cama, la punta
redondeada de mi mesa de luz, el almohadón con flecos, los pelos lanudos de mi
muñeca. Tambaleé, mis ojos aquietados no parpadearon, busqué contra lo que
supuse que era la ventana cerrada, pero estaba abierta, un aire fresco de
tormenta la delató. Mi codo derecho rozó con algo: la pila de cajas vacías de
zapatos se vino abajo; ruidos pequeños, risas grandes. Apenas me detuve. Mi pie
corrió una caja y seguí paso a paso, como mi corazón. De repente, un silencio
expectante y traicionero copó el lugar: nadie reía, nadie jadeaba; pero yo
sabía que estaban ahí, ocultos, conteniendo el aire, hasta que en un instante
sin medida, palpé la forma de un rostro caliente..., un cuerpo enrollado,
agitado. La luz de la lámpara del techo y la voz de Nicolás quebraron el
sortilegio:
–¡No
vale Eloísa...!, espiaste. Tenés que empezar de nuevo.
Ofendida,
me arranqué el pañuelo de mis ojos; una lluvia de colores brillantes se mezcló
con mi rabia y le dije:
–Sos
un tramposo. Yo al cuarto oscuro no juego más. Y mientras me alejé presurosa,
los demás salieron de sus escondites para seguirme con sus caras de fantasmas
desilusionados.
Lo sabía.
2.
Ahora, les pedimos que escriban un breve
texto en el que describan los objetos, elementos, sensaciones y sonidos de
terror que Eloísa va encontrando en el camino y hacen que sepa que hay
fantasmas en su cuarto. Por ejemplo, cuando decimos que “un ser es extraño y
aterrador”, o “que una casa era muy oscura y por ello asustaba”, estamos
describiendo.
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